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Brasil Bra$il! - Guía de turismo para brasileros



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Esto es una versión simplificado para web y no contiene layout o fotos. La versión completa se puede consequir aquí para leer y imprimir.




Guia de turismo tapa
Brasil Bra$il


Guía de turismo para brasileros




Primera edición.

La edición original finlandesa fue publicada electrónicamente en 14.2.2005.

La traducción al castellano rioplatense fue publicada
electrónicamente en 23.8.2005.





Esta traducción está especialmente dedicado a Esther Cross. Sin ella, edición rioplatense no existiría. Gracias también
a Marina Sagredo y Natalia Dinamarca por el tiempo dedicado para enriquecer el texto con expresiones argentinas.




Querido brasilero,


Queremos recordarte que
esta guía es sólo para los brasileros que trabajan con
los turistas. No se puede mostrar en ningún caso a extranjeros
ni revelar su existencia ya, caso contrario, nuestra máquina
de hacer dinero podría apagarse.




Esta guía puede
ser empleada, además de Brasil, por otros países
bananeros, como a los bárbaros ricos del primer mundo les
gusta llamar a los países de nuestro continente. De todas
formas, los escritores renuncian a todo tipo de responsabilidad
respecto al uso que se dé al libro y también renuncian
a responsabilidad cualquiera. Vos también tenés que
hacer lo mismo: Responsabilidad y el acto de responsabilizarse son
pura corrupción europea.


NUNCA pongas en práctica
sugerencias de este libro con nuestros paisanos, los brazucas
brasileros. Estas han sido pensados para ser usadas solamente con
turistas. Son ellos que deben ser engañados y desorientados.
Si no tenés cuidado, podés quedarte seco.


Los escritores





Indice


General


Charla


Self service y espeto corrido


Restaurante


Asesor turístico


Alquiler de autos


Alojamiento


Inmobiliaria


Supermercado


Mendigo


Vendedor ambulante


Ladrón


Taxista


Operadora


Policía


Bar de la playa


Prostituta


Traductor


Organizador de eventos


Examen final





General


Empezamos con la identificación de un turista. En verano
usa remeras coloridas que dicen ”Brasil” o que están
decoradas con una bandera de nuestro país. Si no encontrás
esta seña, tal vez tenga el nombre de alguna ciudad brasilera
o algunas palabras raras en idiomas extranjeros. El turista anda
siempre en zapatos y medias, sin importar cuán caluroso o
lluvioso esté. En una mano carga una botella de agua mineral
porque en su casa de primer mundo hay una falta constante de agua
potable. Otra característica del turista es el color blanco
teta de verano a invierno. Esto es así porque viene de un
lugar muy oscuro, dónde el sol prácticamente no brilla.
Otras señas inconfundibles son también una mirada
perdida y asustada, así como una nariz enrojecida por el
alcohol.


Con estas indicaciones no tendrás ningún problema en
identificar al turista. De hecho, él te está buscando
para poder librarse de su dinero extra. Cómo conseguir este
bocado tan apetitoso? Usá un business plan miope: sacá
la plata y corré. Tu turista jamás regresará en
Brasil así que no tienes nada que perder.


Es importante saber que Brasil atrae a los turistas con una imagen
de precios bajos. Tenés que apoyar esta imagen. Aunque le
cobres al turista sin vergüenza, dejalo pensar que salió
ganando. Esto es especialmente importante con los alemanes, que son
siempre avaros.


Esta leyenda de que los precios en Brasil son económicos,
es nuesta estrategia nacional. Exportamos todos los productos y
servicios en materia prima. La refinación no nos garantizaría
un éxito permanente porque, al fin y al cabo, son los
productores de la materia prima los que dictan las condiciones del
mercado mundial. Dentro de poco, seremos la industria más
importante del mundo. Podés ayudarnos a alcanzar esta meta.
Basta que suministres todos los productos y servicios tan crudos e
inacabados como sea posible, incluso los alimentos. También
nuestras playas deben estar llenas de basura y algas. Así son
más exoticas que las estériles playas de otras partes
del mundo.


Hacemos marketing para crear una imagen que nos sea favorable. En
el Brasil de los avisos hay gente alegre. Todo el mundo empieza a
bailar cuando oye música. Tenés que apoyar esta imagen.
Siempre que oigas música, bailá. Así no
decepcionás a los turistas que haraganean por ahí. El
baile te ofrece también una manera excelente de ganar dinero.
Podés acercarte a los turistas y exigirles el pago por el
espectáculo que acababan de ver.


Nunca cobrés barato o normal a un turista. Acá el
precio no depende de la demanda. Por ejemplo, una agencia de viaje
finlandesa cobra 350 reales por un viaje de Fortaleza a Jericoacoara.
Para una agencia de viajes brasileña un precio razonable sería
de 110 reales: el colectivo cuesta 30 reales y el alojamiento para
dos días, 80. Igual, los turistas pagan con gusto un precio
triple y los cupos están siempre llenos. Los turistas son
riquísimos. Tienen tanto o más dinero que nostros
basura. Un precio caro les da confianza en ellos y les hace pensar
que la calidad del servicio o del producto es alta.


Una sonrisa funciona de la misma manera que el precio: crea una
imagen favorable, en este caso la del servicio amable. Siempre
acordate de sonreír. También dale la razón al
turista en todo, excepto cuando de verdad entendés lo que
quiere. Tu sonrisa sirve para la billetera del turista. Después,
podés siempre explicarle a ese imbécil que fue él
quien comprendió todo mal.


Cuando te acerques al turista, poné cara servicial.
Generalmente tiene necesidades inconscientes que vos le hacés
descubrir para luego fingir que las satisfacés. Cuando te
hayas ganado su confianza, vas a tener tu merecida recompensa: un
cigarillo, un almuerzo o efectivo. Hacerse amigo de un turista es
como ganar la lotería. Como premio, podés usar su
dinero y sus pertenencias libremente durante su estadía.


Si el turista te rechaza, atacalo y sé agresivo. Así
lo ayudás a cambiar de opinión, o, por lo menos, lo
castigás por no haberse portado bien. No ahorrés
ofensas, fastidialo tanto como puedas. Es importante retarlo
inmediatamente para que así el infantil comprenda por qué
es castigado. Podés acercarte otra vez al mismo tonto cuando
quieras, porque los turistas piensan que somos todos negros parecidos
y no pueden ver diferencia. Tan estúpidos ellos, ¿no?


A continuación, la cultura. Es muy importante velar por
nuestra mentalidad de dejar todo para mañana cuando estamos
negociando con los turistas. Núnca cumplas tus promesas. Si
tenés una cita, retrasate un par de horas, o mejor, no
aparezcas núnca. Dejá al pobrecito llamarte hasta que
cansarse, y no contestés sus mensajes (así es más
divertido). Si el pesado te alcanza a pesar de todo, basta con reírse
en el teléfono: "Oh meu Deus, no entiendo un pepino de lo
que hablás". Esto será eficaz como DEET en
mosquitos del dengue. En un caso muy complicado, pretextá
cualquier cosa. Cuánto más increíble sea el
pretexto, mejor. Al idiota del turista no se le ocurrirá
ponerlo en duda.


En todo momento, hablá solamente brasilero. Esto te sirve
para justificar cualquier malentendido y ordeñar mucho más
plata de la vaca desprevenida. No vale la pena intentar comunicarse
con los idiotas que no dominan el idioma, excepto, por supuesto, en
el caso de que puedas seguir sacando aún más dinero.
Según estudios científicos, todas las personas con
mayor coeficiente intelectual en el mundo hablan brasilero y viven en
Brasil.


Si hay problemas, echale la culpa al turista. Èl se queda
sólo por un periodo muy corto en nuestro país y no
quiere tener dificultades. Podés por ejemplo gritar por la
calle que es un explotador descarado - ¡que
qué manera es esa de dar las gracias a la hospitalidad de los
brasileros! Te garantizamos que el desgraciado comprenderá que
debe darse por vencido. Va a terminar pagando la suma que pediste sin
chistar y se va a largar con la cola entre las patas. Con toda la
plata que tienen, los turistas pueden meterse en un lío o en
varios sin ningún problema.


Los turistas son una molestia. Pero hay que reconocer que gracias
a ellos nuestras calles están más coloridas, ganamos
plata fácil y hay más diversión. Es agradable
ver sus caras blanco teta que hacen que las nuestras se vean cada vez
más bonitas. El turismo es, al fin y al cabo, una cosa
bastante buena.


¡Felicitationes!
Acabás de aprender los reglas básicas para trabajar en
turismo. En el próximo capítulo comenzamos con la
charla. Es un mal inevitable cuando tratás de convencer a los
turistas que deben renunciar a su dinero en favor nuestro. Los
capítulos que siguen a continuación han sido dedicados
a diferentes gremios dignos de respeto. El libro concluye con un
examen final. ¡Si lo
pasás, recibirás un diploma magnífico!


Charla


Las bonitas playas de Brasil ofrecen un tema excelente para una
charla amistosa con los turistas. Ningún otro país
puede alardear tanto de tener unas playas tan magníficas. Lo
primero que te sugerimos es que subrayes este hecho. Así el
turista también empieza a repetir el misma mantra. En
realidaad, no importa si las playas están un poco sucias
porque las cloacas llegan al mar. Esto es un detallecito que ni vale
la pena mencionar.


Podés sugerir una playa de cualquier lugar turístico.
Hacelo como si estuvieras revelando información muy valiosa
reservada sólo a un círculo muy reducido. No te olvides
mencionar que no se trata de una playa cualquiera. Sólo esta
playa tiene la arena más blanca que la nieve, el agua más
clara que un cristal, y las dunas como hechas para sandsurfing.
Escogé un lugar muy turístico así el turista
puede reconocerlo fácilmente y cuando vaya, encontrará
un montón de otros turistas y se sentirá como en casa.
A la vez. el foco del turismo y los turistas mismos siguen estando
bajo nuestro control. Las playas de Jericoacoara y Canoa Quebrada
en el nordeste son ejemplos muy buenos.


El tiempo es, naturalmente, otro tema excelente para iniciar una
buena charla. Para empezar, en ningún otro país se
puede disfrutar de un tiempo tan hermoso y soleado como en el
nuestro. No vacilés en exagerar. Hasta en la época de
lluvias es importante dejar al turista creer que se trata de un
fenómeno climatológico anormal - ya habrá pasado
en unos segundos. En cuanto a la época de lluvias ni siquiera
menciones que existe. No hablés tampoco de los mosquitos,
porque pueden recordar al turista de la fiebre del dengue letal y de
la malaria. Los sientíficos rusos han demonstrado que no hay
mosquitos en Brasil. Si el turista te afirma que ha visto uno,
miralo como si estuviera loco. Tal vez una insolación le haga
ver cosas raras.


Después de un par de minutos ya te has ganado la confianza
del turista y podés avanzar un poco más. Poné
cara de protector. Advertile de los ladrones y ratones (no olvidés
que son tus principales competidores). No dejés perder la
menor oportunidad para denigrarlos. Tranquilizalo afirmándole
que tenés buenos contactos con la policía federal, el
intendente, la administración (y otras mafias). A esta altura,
el turista ya será bien maleable porque está casi
muerto de miedo. Para él, Brasil es el más salvaje de
los países del Wild West, donde disparan y roban la gente a
plena luz del día. Poné énfasis en tu relación
íntima y cordial con él y toquetealo todo el tiempo.
Para él sos como la figura de un padre, ansiada en un país
lejano y ajeno.


Un tema más para la charla con los turistas son los
alemanes - excepto, claro, cuando hablás con uno. Todo el
mundo sabe cuán coditos de oro son: siempre comparando precios
y regateando. Por ejemplo, podés decir que hoy ha sido un día
especialmente agradable porque no te has topado con un solo alemán.
Después podés deslizar un comentario sobre los bajos
que deben ser sus sueldos porque no les permiten comprar nada o al
menos pagar por lo que quieren llevarse. Haber oído eso ya es
suficiente para que el turista quiere demostrarte que es más
rico que los alemanes y por lo tanto te pagará mucho más.
Nadie quiere parecer pobre como una rata, sobre todo de vacaciones.
Si te tropezás con un alemán, podés elogiar el
hecho de que las cortinas de encaje sean identicos en Uberlândia
y ofrecerle como promoción un regalo con la compra de algo
tuyo.


A diferencia de lo que pasa con los turistas, para los brasileros
es favorable parecer pobre. Para eso usá ropa gastada y sucia
y apestá. Así das a entender al turista que de verdad
necesitás su dinero. Tal vez dés lástima, lo
cual puede multiplicar aun más tus ingresos. Ningún
precio es demasiado elevado para el turista que está forrado
en plata. Su sueldo en casa es por lo menos diez veces el tuyo. Tenés
sencillamente la obligación moral de disminuir las diferencias
de ingresos para promover la paz y la igualdad de la sociedad.


Tratá de estrechar la mano con el turista aunque te evada.
Tus manos sucias son un pretexto estúpido, y además,
olés mal por una buena razón porque el olor contribuye
a parecer más pobre. Dale la mano con una mirada severa. Dale
a entender que te vas a ofender si no te estrecha la mano enseguida.
Eso debía ser suficiente. Después, movete aún
más cerca del turista y poné tu mano en sus hombros.
Ahora son amigos para siempre y ¡has
alcanzado tu meta!


Siempre escupí y tirá basura cuando hablés
con un turista porque para él es como algo exótico.
Pronto verás que quiere intentar lo mismo. No seas tan tímido,
¡probalo! Si por
accidente escupís sobre el pie de un turista que está
pasando, no te preocupés, mejor, vas a ver que le dan
escalofríos del entusiasmo. Nadie escupe en su país
porque no hay nadie que limpie. ¡Gracias
a la Virgen Maria que Brasil es tan rico y poderoso!



Self service y espeto corrido


Los siguientes consejos son para los propietarios y empleados de
los restaurantes self service y espeto corrido. En este tipo de
restaurantes, el business se basa en vender la comida en precio por
kilo o a precio fijo. En la primera alternativa se pesa la comida y
el turista paga según la cantidad de cosas que tenga en su
plato. Un business semejante no existe afuera, en los países
incivilizados, así que podés aprovecharte cuanto
quierás. Es importante que sigas nuestros consejos
literalmente. Si no, tus negocios pueden estar condenados al fracaso.


Todo empieza con el plato. El turista no paga solamente por la
comida sino por el plato también, que debe ser añadido
en el peso total. El turista no es consciente de eso, naturalmente, y
tampoco hace falta que le aclares. Te ponemos por caso una historia
terrible que pasó en Salvador de Bahía hace poco. Un
turista se avivó del truco porque un mozo demasiado codicioso
había añadido dos platos a la balanza en lugar de uno.
No cometas el mismo error.


Un buen restaurante self service está abierto las 24 horas
y tiene comida disponible todo el tiempo. Puede parecer trabajoso,
porque la comida debe ser mantenida atractiva para los clientes, pero
no te preocupés. Añadí un poquitin de la comida
fresca sobre la del día anterior y cubrí con ella el
remanente. Así no tenés que tirar nada a la basura.
¡Tan ecológico!
Los turistas se no darán cuenta de nada porque no podrán
saber cuándo se preparó la comida y entonces no podrán
reclamar por el camuflaje.


En un restaurante estilo Rodízio, el cliente paga un precio
fijo por la comida y come tanto como quiere. Los mozos deambulan por
entre las mesas y cargan más exquisiteces en los platos. La
comida tiene que ser exageradamente salada. Bajo un sol sofocante,
los turistas pierden una enorme cantidad de minerales y líquidos
de su cuerpo y deben ser reemplazarlos con sal y agua. De esta modo
actuás un rol importante en mantenimiento de la salud de los
turistas. A la vez, tenés la oportunidad excelente de ganar un
montón de dinero vendiendo bebidas a buen precio. Podés
cobrar por una botella de agua mineral pequeña (330 ml) hasta
siete reales sólo si la comida es bastante salada. Esa misma
botella cuesta sólo un real en el supermercado así que
ya ves: obtenés siete veces más de ganancia.


Tenés que añadir hielo hecho de agua de la canilla
en todas las bebidas que sirvas porque es mucho más barato que
comprar hielo específico. Lo mismo es válido para los
jugos. No vale la pena vender un jugo puro porque el turista que
está muerto de sed no notará la diferencia. No importa
si después de tomarlo le agarra flor de diarrea. Es poco
probable que venga a reclamar. Simplemente no será capaz de
salir del baño del hotel sin hacerse encima en los
calzoncillos.


Cuando llega la hora de pagar, hay que añadir algo extra a
la cuenta, algo que el turista no pidió ni comió. El
tema es que el precio es demasiado barato para él. Pagará
todo sin chistar y además te dará una buena propina. Si
sospechás que el turista es un avaro, dale el vuelto en
pequeñas cuotas después de hacerlo esperar un rato. Así
lográs que se harte y te podés quedar con el resto.
Nunca le dejes que cargue con monedas porque son difíciles de
manejar.


En Fortaleza, en un Rodízio de carne que se llama El Gaúcho
(Rua dos Tabajaras, Iracema) ya están poniendo en práctica
nuestros consejos, con un éxito rotundo. La carne contiene
diez veces más sal que lo normal y se cobra cinco veces más
por las bebidas. Para colmo, el turista recibirá un recargo
por el postre, que consiste en una rodaja de ananá seco a la
parrilla con canela, que te sirven como una sorpresa alegre. Te
sugerimos que no dejes de visitar esta Meca de los rodízios.



Restaurante


A diferencia de los restaurantes tipo espeto corrido y rodízio,
la comida que vos ofrecés es de verdadera calidad. En tu
restaurante à la carte todas las comidas están
preparadas a pedido y los clientes nunca recibirán sobras. El
comensal puede también relajarse no como en los bares de la
playa, donde las prostitutas y vendedores ambulantes lo rodean todo
el tiempo.


En este ramo digno de respeto tenés una amplia gama de
trucos al alcance de la mano. Podés, por ejemplo, cobrar a tus
clientes por el servicio de mesa. Llamalo ”impuesto a los
servicios”, y añadile todo lo que sea posible entre el
cielo y la tierra. Una cantidad normal sería de cinco por
ciento pero preferiblemente que sea de diez. Acordate de que este
impuesto no tiene nada que ver con la calidad del servicio, ni
siquiera con el servicio en sí. Si sos listo, también
podés inventar otros pagos que suenen oficiales.


Una forma de empezar es mandar tus agentes por la calle para
pescar a los turistas y forzarlos a entrar. Aunque el turista ya haya
rechazado tus ofertas y las de tus competidores unas decenas de veces
durante la misma noche, seguí intentándolo. Por fin se
hartará de tu insistencia, se dará por vencido y
entrará. Ahora, tu restaurante típico, que ofrece todo,
desde pizzas hasta pastas, cuenta con su primer cliente!


Es importante que el turista encuentre todos los platos posibles
en el menú, y los tenés que escribir también en
las paredes y en los avisos. Si en realidad tenés sólo
un par de alternativas disponibles, no te preocupés: una
oferta amplia sirve para crear una imagen de abundancia y atraer a
los turistas. Cuando el turista te pide algo que no tengas, traele
cualquier otra cosa. Raras veces el plato vuelve a la cocina. Aun más
excepcional es que pida algo en vez de lo que le trajiste o que se
vaya. Eso le dejaría completamente avergonzado porque él
elegió tu restaurante entre decenas de otros y no querrá
reconocer que hizo una elección estúpida.


Siempre usá dos tipos de menúes: uno para los
brasileros y otro para los turistas. Los precios del último
tienen que ser, naturalmente, por lo menos el triple del otro. Si el
turista se queja de tus precios elevados, decile que las porciones
son para dos personas. Si, por otra parte, a él no se le
ocurre pedir el menú cuando hace su pedido, tenés toda
la libertad de inventar los precios. El turista no puede zafar de
pagar si ya comió el plato.


Algunos densos pueden quejarse de la comida o del servicio. En uno
de los más finos restaurantes de Fortaleza, en O Sobre do Mar,
dos turistas europeos pidieron filete de lomo à la parmesan
y lo quisieron jugoso. Sin embargo, el lomo fue servido bien cocido
porque el chef fue interrumpido por una llamada de su mamá. El
lomo se calcinó y los turistas lo devolvieron a la cocina.
Afortunadamente el jefe de comedor pudo inventar una explicación
excelente para salvar la situación: el lomo à la
parmesan
requiere una técnica de preparación muy
específica y por eso debe de ser bien cocido. Los turistas,
que no conocían los secretos de la cocina brasilero-italiana,
se tragaron el pretexto.


La música en vivo ayuda a crear un ambiente elegante en
cualquier lugar – y nos referimos a cualquier lugar. No te
asustés de los costos porque los turistas snobs los pagarán.
Cuando sea el momento de detallar la cuenta, añadís ahí
los honorarios del artista. No mencionés de antemano que tal
pago existe porque eso podría ahuyentar a los turistas
tacaños. También es bueno tardar con las cuentas de los
clientes que están por irse para que la banda tenga tiempo de
empezar y puedas cobrarles por asistir al show.


Es aconsejable hacer tratos no sólo con los artistas sino
también con los mendigos. Pediles que se acerquen al turista y
le pidan una comida de cinco euros. No importa cuál sea la
respuesta del turista. Servile un plato de ese guisacho preparado con
grasa y porotos que es casi gratis (se conoce como 'feijoada') y
añadíle quince reales a la cuenta del turista. Si
protesta, basta con decir que el mendigo que acaba de salir te dijo
que el turista había prometido pagar el moco pegajoso. Así
podés cobrarle el plato, que no sirve para ofrecer en el menú,
a un precio cien veces mayor que el costo real. El mendigo se irá
satisfecho y también el turista desprevenido se sentirá
bien por haber ayudado a un desafortunado.


Los vueltos son una fuente de ingresos pequeña pero
continua. Escondé todas las monedas en el bolsillo de la
carpeta de la cuenta, así los nabos no podrán
encontrarlos. Mostrá las monedas sólo a petición.
Hacelo de una manera que obligue al que te preguntó a sentirse
avergonzado. Va a dejar la moneda que te pertenece y no va a intentar
hacer su truco de nuevo.


Los restaurantes son siempre necesarios porque los turistas
también tienen que comer. Tu reto es aumentar tu ganancia
tanto como te sea posible. Siguiendo nuestros consejos al pie de la
letra, podés progresar y tener éxito en este ramo tan
competitivo. Que bárbaro, ¿no?



Asesor turístico


Brasil tiene una extensa red de
oficinas de turismo. Se trata de oficinas omniscientes, oficiales y
pagadas por el estado. Su función más importante es
emplear a los amigos y los parientes del intendente como los tíos,
los primos y los tocayos del padrino. Si formas parte de este grupo
de privilegiados, ¡felicitaciones!


El trabajo del asesor turístico
es uno de los más fáciles del mundo. Sólo tenés
que recordar que los turistas no vienen a tu oficina para consultarte
sino para pasar un buen rato. Por eso no es necesario contar con
ningún tipo de información sobre alojamiento, sitios
turísticos y otras cosas inútiles. Basta con recordar
que no existe una sola pregunta estúpida - todas las preguntas
son tan estúpidas como los turistas que los hacen. Lo
primordial es que puedas apuntar un par de nacionalidades nuevas y
excitantes en tu registro.


Algunos
turistas pueden ser pesados pero no te pongas nervioso. Si el turista
quiere que le reservés una habitación de hotel, decile
que no podés usar el teléfono porque está
bloqueado. Si te pregunta algo sobre lo cual no sabés nada,
admitílo y sonreí. Es tremendamente importante sonreír,
así que no lo olvidés nunca. Si el turista te pide que
le indiques cómo llegar a una dirección, dejá
volar tu imaginación. Decile que debe caminar como mínimo
diez cuadras todo derecho, después doblar a la izquierda, y
cuando haya pasado la fuente que todo el mundo conoce, debe doblar a
la derecha y seguir hasta que encuentre su destino. De esta manera
vas a lograr que se extravíe tanto que no sabrá cómo
volver a tu oficina para hacer más preguntas increíblemente
estúpidas. A propósito, este consejo sobre dar
indicaciones es usado por todos los brasileros, así que a esta
altura del partido los turistas ya deberían estar
acostumbrados al hecho de estar siempre perdidos.


La orientación ha convertido un reto re-difícil a
propósito. Así, la mayor parte de nuestros paisanos
tiene contacto con los turistas y puede aumentar sus ingresos. Los
mapas turísticos que vendemos no registran demasiados
detalles. La idea es que puedan usarse en cualquier ciudad. Las
calles y las plazas tienen nombres diferentes en ciudades diferentes,
por cierto, pero no importa si el mapa y el cartel de la calle no son
iguales. Tu tarea es vender los mapas, no interpretarlos.


El
trabajo del guía free-lance es un poco diferente de el de la
oficina porque son empresarios independentes. Si querés
empezar tu propio business, empezá por adquirir una chapa fina
porque a los turistas les atrae todo lo que es oficial. Sobre todo
los europeos creen más en el sistema que en la gente. Siempre
que veas a un turista, metele la chapa en la cara antes que nada, o
el turista te puede rechazar. No te preocupes si tus colegas
ya lo hartaron con sus ofertas porque en alguna ocasión
llegará el momento en que estará tan harto que empleará
algún guía. El método es el mismo que en la
pesca: la presa debe estar agotada antes de subirla al bote.


Cuando le muestres al turista los
lugares de interés toda la ciudad, usá otra vez tu
imaginación. Es sabido que los reinos y las monarquías
fascinan a los europeos. Tal vez quieras contar que el príncipe
de Mónaco, el Señor Rainiero, tiene un palacio de
invierno justamente acá, en tu ciudad natal. Podés
exclamar que qué casualidad increíble, acabás de
ver al Sr. Rainiero caminando a la vuelta de la esquina. El turista
va a enloquecerse: sentirá que experimentó algo muy
específico y sacará una foto de la esquina vacía
como prueba de que ha visto al mismísimo Rainiero. Para vos,
esta historia es una mina de oro. Podrás cobrar una propina
generosa.


Si no lográs atrapar a ningún
cliente, hay un truco más: ofrecele la gira sin cargo. Después
de la gira le decís, simplemente, que todo era un malentendido
y exigís el pago del servicio efectuado. De esta manera nunca
fallarás!



Alquiler de autos


Los turistas necesitan autos. Quieren viajar hasta una playa que
les recomendaron o simplemente hacer un lindo recorrido. El
transporte público está diseñado de tal modo que
el business de los alquileres de autos sale ganando. Es por eso que
es extremadamente difícil para los turistas viajar en
colectivos. Pocos de ellos logran llegar a donde quieren y ninguno se
baja a tiempo. Siempre suben al colectivo por la puerta equivocada y
encima no pueden pasar por el estrecho molinete situado al lado del
boletero. Están los taxis, pero no convienen porque los
taxistas son unos ladrones que sólo piensan en cómo
robarle a sus pasajeros. En consecuencia, como empresario de alquiler
de autos tienes muchas ventajas. Por favor, aprovechalas al máximo.


En este rubro, una clave indispensable que el negocio prospere es
alquilar chatarras viejas; y cuanto más viejas, mejor.
Invertir en un equipo nuevo sería una locura. Si el turista,
por casualidad, se da cuenta de que el auto está destartalado,
siempre tenés que tener una explicación debajo de la
manga. Decile, por ejemplo, que es muy normal que el auto esté
un poco baqueteado, que es típico. Tranquilizalo asegurandole
que está permitido y que es seguro manejarlo.


Tu meta es hacerle manejar el auto hasta que se le rompa algo.
¡Bien! Entonces
recibirás tu recompensa: tu cliente va a pagar las
reparaciones. El secreto es echarle la culpa por todos los daños
– inclusive los anteriores – y hacerlo pagar a él
por todo. Y no te olvidés de hacerlo pagar el alquiler que vas
a perder mientras duran las reparaciones, que son tantas, y guardá
el depósito en tu bolsillo. Lo más importante es que no
repares la chatarra bajo ningún concepto, o no podrás
usar el mismo truco sobresaliente con el próximo turista.


También te sugerimos que elimines todos tus gastos fijos.
Una oficina es, por ejemplo, totalmente inútil. Una dirección
postal o una casilla de correos basta para archivar todo el correo
innecesario. Podés actuar muy bien con un celular y unas
tarjetas de colores. El ahorro no es la única razón
para hacer esto. Si tuvieras una oficina, un turista descontento
podría llegar hasta allí para presentar una queja y
exigir que le devuelvas el depósito. En el peor de los casos
el turista podría también verificar los arreglos
–inexistentes- y revisar las facturas de reparación del
taller mecánico. Si no tenés una oficina, eso no
sucederá nunca.


Otro truco que también es muy aconsejable es el de pedir
todos los pagos de antemano y tomar un depósito lo más
grande posible. Así fortalecés tu situación en
los negocios. No le dés una copia del contrato de alquiler
tampoco, porque con ella el turista sin escrúpulos podría
ir a la policía y presentar una denuncia falsa contra tu
honesto business.


Naturalmente tenés que añadir gastos comunes del
diez por ciento en la cuenta, y también otros gastos que
suenen oficiales como impuestos y seguros. Esto lo podés hacer
después de haber cerrado el negocio. El turista pensará
que los gastos son acertados y se arrepentirá, a lo sumo, de
su propia ignorancia. Se dará cuenta de que no se le ocurrió
preguntar de entrada y sólo puede echarse la culpa a sí
mismo. La verdad es, claro, que si él hubiera preguntado, vos
no le habrías dicho nada.


Tu reto más difícil es captar el interés del
turista y atraerlo. Poné precios exageradamente bajos en tus
páginas web y en los avisos que tengas. Cuando venga un
cliente con ojos codiciosos, decile que la temporada alta ya empezó
y que por eso los precios han subido. Podés también
decir que todos los autitos baratos están por el momento
reservados, o simplemente decirle que entendió mal tu aviso.
Juramos que todos los trucos antedichos funcionan. Han sido puestos
en práctica con mucho éxito.


Si, por alguna razón, tenés que tratar con la
policía, hacete amigo. Queremos compartir con vos un ejemplo
estupendo de lo redituable que es poner en práctica estos
trucos. Le pasó a Señor Evandro en Fortaleza. Evandro
alquiló un buggy a unos bobos por tres días. Por
suerte, el vehículo se rompió durante el primer día.
Evandro fue por el auto, y dijo a los desafortunados que no tenía
efectivo para devolverles el depósito. Les juró que
iban a recibir su plata a la primera hora del día siguiente
cuando los bancos estuvieran abiertos. Evandro pudo así
recuperar su autito y se esfumó sin dejar rastro. Y eso no es
todo. Los idiotas le avisaron a la policía de los negocios de
Evandro. Sin embargo, afortunadamente nuestro héroe ya había
comprendido la importancia de hacerse amigo de la policía y
logró quedar libre de la acusación. ¡Qué
hombre de negocios!


Alojamiento


El business de los hoteles y las posadas se divide en ”temporada
baja” y ”temporada alta”. Es sumamente importante
que el turista crea que llegó justo en plena temporada alta.
Ni bien aparezca en tu hotel, decile que todas las habitaciones están
reservadas. Va a desesperarse, sobre todo si trae un montón de
equipaje. Podés ponerte a hojear el libro de reservas con toda
tranquilidad y, como haciendo un gran descubrimiento, encontrás
que tenés una habitación libre aunque un poco cara. En
efecto, hacé que le cueste un ojo de la cara. Probablemente
vaya a aceptar tu oferta porque no querrá volver a deambular
por la calle con sus valijas pesadas. A duras penas va a encontrar
algo mejor, y además, es muy probable que le roben mientras
busca un buen lugar. La técnica funciona muy bien
especialmente después del atardecer cuando los turistas llegan
cansados de sus vuelos nocturnos.


Poner el precio al alojamiento es muy facil, especialmente en los
pueblitos en donde no hay competidores. Tu hotel es, en medio del
villerío, el único oasis que ofrece comida y refugio.
Por lo menos, dejá que el turista piense que es así.
Después podés cobrar libremente por unos tentempiés
de morondanga y por un sarcofago sin aire acondicionado. Un huevo y
algo que se parezca a una tostada son suficientes para el desayuno,
o, si preferís, hasta pan y manteca y nada más. ¡Esto
sí que es hacer negocio! Un ejemplo excelente de los trucos
mencionados es la única posada del pueblo de Icaraí,
que se ubica entre Fleixeiras y Moitas, en la provincia de Ceara.
Imposible describirla, hay que ver para creer.


En tiempo de fiestas, sobre todo en Año Nuevo y Carnaval,
promocioná el alojamiento como un Paquete porque así
suena más fino. Hacele pagar todo antes de venir. Tiene que
pensar que todos los hoteles están llenos y que los precios
están casi por las nubes. Se va a sentir afortunado de que le
hayas permitido quedarse en tu hotel. No le permitas que te quiera
manejar o convencer con el tema del anticipo porque al llegar, va a
notar que tu hotel está medio vacío y que el Carnaval
es sólo propaganda exagerada. Acordate de mencionar en las
condiciones de pago que el anticipo no será devuelto en ningún
caso y bajo ningún concepto.


Nos enteramos hace poco de un incidente muy lamentable que pasó
en el hotel Quilombo do Pelo (Rua Alfredo de Brito, Pelorinho), en
Salvador de Bahía. Una pareja finlandesa llegó a la
medionoche y el empleado les pidió 198 reales por una
habitación. La pareja se echó a reír y estaba
por irse. El empleado bajó el precio primero a 156 reales,
después a 134 reales. Por fin, los turistas pagaron por una
habitación de lujo sólo 63 reales. Y hasta recibieron
un ventilador y una antena extra en su habitación sin cargo!
Esto no fue lo peor: la temporada alta del Carnaval se acercaba. Los
precios tendrían que haber sido como mínimo diez o mil
veces más. Si una negligencia semejante se generaliza, la
afluencia de nuestro ramo correrá gran peligro. Así que
no dejés regatear al turista. Ofrecele un descuento pequeño
pero insignificante. Eso debería ser suficiente para ponerlo
de buen humor y dejalo pensar que salió ganando.


El servicio tiene que ser amistoso pero pasivo. Si, por ejemplo,
el baño de la habitación se tapa, no hagas nada. Si el
turista sigue insistiendo, decile que el plomero está por
llegar pero no le digas cuándo. Si respondiéramos a
todos los reclamos, no nos dejarían ni respirar.


Una palabra más en relación con el correo
electrónico del hotel. Hay que tenerlo y promocionarlo
reiteradamente. Sin embargo, no contestes al correo que los turistas
te mandan. Ellos no pagan por el tiempo que invertís en
contestar, ¿no? Vas
a tener un montón de correo, lleno de preguntas estúpidas,
y a pesar de tus respuestas, el turista va a terminar patronicando el
hotel de la vuelta.


Sin hoteles no habría turistas. Por eso, tu negocio es
enteramente único, y vos, un héroe nacional de Brasil!
Esto es el verdadero Carnaval.



Inmobiliaria


Los turistas que haraganean mucho tiempo en nuestro bonito país,
tal vez quieran alquilar un depapartamento (condominio) para ahorrar
dinero. Él, que no habla el idioma, va a darse cuenta pronto
de que es imposible llamar directamente a los propietarios y
preguntar por departamentos disponibles. Por eso, va a dirigirse a
vos. Ahora es tu oportunidad, porque podés hacer al turista
pagar un huevo y la mitad del otro sin pestañear. Si se queja
de tus precios, decile que es más elevado para él que
para los brasileros porque es sólo temporario. Un precio más
bajo exigiría un contrato de un año como mínimo,
y, claro que eso no es posible para él, con su visa de 90
días. Naturalmente, la temporada alta eterna también
sube los precios.


Sugerimos que usés precios diferentes en la venta. El
primer precio sirve para atraer al turista al departamento. Si le
despertó el interés, el precio debe ser triplicado. Y
si protesta, decile que tenés otro cliente. No es necesario
explicarle nada más pero acordate de seguir con la oferta
corregida sin vacilar.


No podemos dejar de mencionar un caso miserable que pasó en
Fortaleza justo antes de la Navidad. Una empresa llamada Flat Center
atrajo un par de tontos a un departamento en Iracema. Todo pasó
según nuestros consejos hasta el momento en que los turistas
regresaron a la oficina de Flat Center. El propietario, la Señora
Vandea Sampaio, falló miserablemente. Cedió a la
insistencia de los turistas y bajó el precio al original.
Dicho sea a su favor, insistió en multiplicar el alquiler
muchas veces pero su resistencia no era suficiente. Hay que reconocer
que esta arpía vieja es una oveja negra en nuestro rebaño
que de otra forma sería perfecto.


El contrato de alquiler se hace cuando la negociación
sobre los precios ha sido resuelto. Es importante que todo esté
escrito en brasilero, hasta las condiciones al pie de la página
en letras pequeñas. Sino, el turista puede entender por
accidente entender lo que se está acordando y negarse. Puede
también darte un dolor de cabeza y exigir algun tipo de
cambio. Y no queremos eso, ¿no
es verdad?, sino un montón de plata.



Supermercado


Tu supermercado ofrece una amplia gama de comida y de otros
productos a un precio conveniente a los turistas. El servicio es
estandarizado y de alta calidad, a diferencia de los restaurantes y
los bares de la playa que cobran de más. Por eso podés
elevar los precios de tus finos productos sin preocupaciones. Sólo
utilizá los siguientes consejos.


El turista despistado está acostumbrado en su pais a que
los productos de los supermercados sean siempre frescos y el personal
se ocupa de las fechas de vencimiento. Acá en Brasil todo es
diferente. Los supermercados que están ubicados cerca de los
sitios turísticos pueden aprovechar esa costumbre y duplicar
sus ventas. Cuando el turista se dé cuenta de que el producto
está vencido, no se molestará en hacer un reclamo
porque no conoce el idioma. Vendrá a tu tienda y comprarará
un nuevo producto para reemplazar el malo. Que práctico, ¿no?


Tenés que variar la gama y dejar que los precios varíen
todos los días. De esta manera los turistas nunca estarán
hartos de tu tienda. Además, no pueden aprender qué
productos valen la pena comprar. Comprarán continuamente todas
las novedades posibles para probar si son buenas, y cuáles son
sus precios en ese momento.


En la caja es importante añadir productos inexistentes a la
cuenta. Sería un pecado no aprovechar la ocasión.
Acordate también de dar los vueltos en dos veces como mínimo
y tardar mucho en el medio. Puede ser que el turista piense que ya
recibió todo y se marche. No tienen cabeza para los números.


El turista nunca tiene prisa. Para él, hacer compras no es
una necesidad sino una experiencia. Podés cambiar la cinta de
la maquina en la caja con toda tranquilidad o causar una cola que sea
larga como un año de hambre. El turista va a tener una demora
y pondrá más artículos en su changuito. Debido a
sus costumbres incomprensibles no dejarrá su compra ni se
quejará a pesar del retraso. Al contrario, va a sudar como un
cerdo esperando pacientemente en la cola. Necesitará bebidas
que vos, claro, vendés a un buen precio. Acordate de cobrar
más por las bebidas frías. ¡Tiene
onda (legal)!


Mendigo


Somos conocidos por nuestra generosidad. Si tenemos algo, nos da
gusto compartirlo pues una alegría compartida se duplica. Como
recompensa, esperamos lo mismo de los turistas que viajan en masas
hasta acá para aprovechar nuestra hospitalidad sin
inhibiciones. Un cigarillo, por ejemplo, es un regalo pequeño
que podés tomar de cualquier turista.


Por desgracia, hoy en día pueden encontrarse algunos
turistas, poco dispuestos a regalar algo a nuestros paisanos. Unos
tacaños han hasta intentado cobrar un real por un cigarillito
pedido. ¡Qué
voracidad sin limites! Si esto te pasará una vez, pediles
enseguida a tus amigos de hacer la cola delante de este turista
repugnante y pedirle también un cigarillo. De este modo, va a
sentirse amenazado. Si todavía no comprende que tiene que
darte un cigarillo, pedile fuego, una lata vacía o las sobras
de su comida. Hay que sacar algo en limpio de él.


Si podés darle un susto, tu trabajo va a ser mucho más
fácil. Por eso, llevá una botella de plástico
pequeña, en el fondo de la cual vertés un poco de moco
amarillo y pegajoso. Fingí estar olfateando la botella de
tanto en tanto como si tuvieras pegamento ahí. El turista
teme que seas agresivo, y cuando tiembla de miedo, podés
cobrarle fácilmente un real o dos prácticamente sin
hacer nada. Para el turista es un precio bajo por haber sobrevivido y
guardado su billetera y sus cosas. Si sos tímido o te da
vergüenza mendigar, sugerimos que empecés a olfatear el
pegamento para animarte. Según los informes que recibimos de
Iracema, Fortaleza, eso ha ayudado sin excepción a los chicos
locales a sacarle guita en los turistas. ¡Re
bueno!



Vendedor ambulante


Somos gente trabajadora. Es un hecho demostrado por la cantidad de
vendedores que deambulan por nuestras calles todo el tiempo. Ofrecen
una amplia gama de artículos necesarios como cigarillos,
dulces, marihuana, joyas, preservativos, comida, bebidas, pochoclo de
colores, stickers, antenas de auto, CDs, juguetes, hamacas, manteles,
ostras, cangrejos, huevos de codorniz, pulseras, marionetas,
floreros, vasos, sombreros de paja, gorritos, y servicios como
masaje, limpiabotas, manicura, peluquería, cambio, rastas,
servicios sexuales (ver pagina 1
para más información), tatuajes y mucho mucho más.
Hasta donde la imaginación alcance.


Como vendedor, tenés que
trabajar a todas horas del día y de la noche. Cuando te hayas
muerto, tendrás suficiente tiempo para descansar. Cuántos
europeos son capaces de hacer lo mismo? Ni uno, a juzgar por el hecho
de que haraganean durante sus vacaciones de cuatro semanas en
nuestras playas paradisíacas sin hacer nada útil.


Tu primer reto es llamar la atención del turista. Gritá
en voz alta, silbá, siseá, chistá, golpeá
el producto, tocá la bocina de tu auto o hace cualquier otro
sonido para que te preste atención. Hacelo tan ruidosamente
como te sea posible y tratá de tomarlo por sorpresa. Si no lo
conseguís con los trucos antedichos, acercate de repente y
tocalo como ya te hemos enseñado. Dale una palmada en la
espalda, la mano o dale un empujón. No importa lo que hagas,
siempre que llames la atención del despistado.


Hinchá al turista con tus ofertas hasta que se harte. ”No
gracias” significa que él simplemente quiere más
información y una presentación minuciosa del producto.
Seguí fastidiándolo sin abandonar tu objetivo. En
Brasil no existe la palabra ”no”. ”Si” y ”no”
significan lo mismo. Eso no es pura casualidad, sino una manera
ingeniosa de promover aun más la venta.


Si a esta altura el turista no ha comprado nada, acercate de
manera más agresiva. Echale la culpa de tu miseria. Toqueteá
su ropa de marca y su reloj, y señalá con el dedo el
celular de moda que ostenta en su muñeca. Decile que estás
muerto de hambre y que no tenés ni un centavo para la comida.
Levantate la remera para que vea tus costillas prominentes.


Cuando nada más te sirva, olvidate de la cortesía.
Poné el producto a la fuerza en la mesa o en sus rodillas y
forzálo a aceptarlo. De hecho, le hacés un favor: va a
recibir el producto seguro y directamente en su mano y ya habrá
sido ablandado, probado y usado. Otro favor es que al obligarlo a
comprar souvenirs tendrá algo para mostrar a sus amigos que lo
esperan en casa verdes de envidia. Como ya sabemos, los
supermercados son unos ladrones miserables que venden productos
vencidos, no como vos. Sos vitalísimo para el turista!


Si no tenés nada que vender y no sabes limpiar botas, podés
ponerte de vigilante de estacionamiento. Tu servicio incluye la
indicación de los mejores lugares, cómo estacionar, la
vigilancia despierta y la limpieza completa del vehículo
cuando el propietario se está pescando una borrachera en el
bar de la playa cercano (no te olvidés de limpiar el auto de
todas las cosas que no sirven al turista pero sí a vos). Los
turistas están acostumbrados a pagar muchísimo por este
tipo de servicio de valet ”VIP” en su casa. Acordate de
eso a la hora de cobrar.


Si esto no funciona tampoco, intentá robarle. El último
recurso es mostrarle el dedo mayor gritando “Sai fora”,
que significa ”que te vayas a la mierda“. Eso debería
ser, por fin, suficiente para asustar al turista y obligarlo a darte
el dinero. Dejale claro que hablás en serio, y que tu sustento
depende de él. Si el turista es del mismo sexo que vos, podés
tildarlo de homofóbico o del maricón a los gritos. Si
es del otro sexo, llamala puta. Eso va a avergonzarlo y le hará
pagar por fin tu merecida plata. ¡Bárbaro!



Ladrón


Si querés robar, es mejor que camuflés tus
actividades detrás de algún otro negocio presentado en
este libro. Si querés dedicarte solamente al robo, la policía
podrá atacarte y exigirá su parte en la ganancia. Por
desgracia, nuestros funcionarios todavía no conocen todos los
secretos del turismo.


La destreza del robo exige que la practiques rigurosamente.
Sugerimos que asistas a un curso práctico en alguna de las
favelas de Rio de Janeiro o San Pablo.


Un ejemplo sin igual de un robo exitoso tuvo lugar en el
aeropuerto de Fortaleza. Nuestro paisano se disfrazó de
empleado de la línea aérea. Se acercó a una
pareja mayor y le pidió que le dieran sus pasaportes y su
tarjeta de crédito para confirmar el vuelo. Nuestro heroé
ingenioso logró su cometido y ganó una fortuna. Ni
siquiera tenía que compartir la ganancia con la policía
porque los viejos gagás no se dieron cuenta de que habían
sido robados hasta que fue demasiado tarde. Ya estaban en el avión.
¡Qué hábil!


Taxista


El taxista es el mejor amigo del turista. Los taxis son seguros y
rápidos, a diferencia de los colectivos que van a velocidad
excesiva y donde el pobrecito podría ser robado. Los
alquileres de auto, por otra parte, son pura estafa, y además
no es posible sobrevivir en nuestra jungla de tráfico
manejando. Podés orgullosamente llamarte el ”TaxiAmigo”
cuando un turista holgazán arrastra los pies en los
alrededores. Es sumamente importante ser su amigo, porque el
turista siempre hace negocios con sus amigos en su casa del primer
mundo, arruinado por la corrupción.


El turista no tiene ni idea de los lugares, las distancias o los
precios. Eso ofrece una base magnífica para una fijación
de precios arbitraria. Encima, necesita tus servicios
desesperadamente porque tiene tantas valijas que no quiere caminar.
Es una papa, y vos, su única alternativa.


En general, los turistas pagan lo que dice el contador. Acordate
de ponerlo en la posición más cara, como si la carrera
fuese en plena noche y el taxi estuviera abarrotado. De este modo,
podés cobrar por cinco o más pasajeros en lugar de uno.
Justo antes de llegar a destino, ponés el contador de vuelta
en la posición normal para que el pasajero no se dé
cuenta de tu truco. Esta tecnología funciona como un hechizo.
Hemos recibido varios reportes de taxistas que han ganado fortunas.


Algunos pasajeros se creen vivos y tratan de negociar el precio de
antemano. En este caso, pedile mucho para que puedas bajar el precio
un poquitito si va a regatear. Es también aconsejable cambiar
de precio más tarde, naturalmente hacia arriba. Si el turista
busca camorra, podés siempre echarle la culpa del malentendido
y gruñirle. Hacé un verdadero escándalo y
tildalo, en voz alta, de ladrón que trató de viajar
como polizón. Muchos pagan sin chistar para evitar una pelea
en público. A fin de cuentas, todos van a ganar: el turista
llegará al lugar que quiso, y vos habrás dado un paso
adelante en el camino hacia la riqueza.


Si acaso el turista empieza a regatear con otros taxistas, tenés
que comunicarles el precio de venta al público que acabás
de fijar. Así tus colegas no ofrecerán el viaje por
chauchas y palitos y podrán juntos forzar al turista a pagar
el precio acordado. Este procedimiento funciona siempre y vale la
pena.


Cuando el turista por fin se acomoda en tu auto en el asiento
trasero, tenés que tomar un desvío. Circulá así
él puede gozar de la gira gratis y fijarse en los lugares de
interés turístico. Podés también parar de
vez en cuando, y fingí estar preguntando por direcciones a
otros taxistas.


La cooperación con otros gremios ofrece una oportunidad
excelente para ganar algo extra. Mientras manejes, vendé al
turista los servicios de los hoteles y de las prostitutas que te
pagan comisiones. Es aconsejable ser hasta agresivo. El turista
todavía no sabe eso, pero le hacés un favor. No cabe
ninguna duda de que los servicios que ofrecés están
entre los mejores.


En Iracema, Fortaleza, un taxista ingenioso ofreció un
viaje hasta Iracema a dos estúpidos. La distancia era
solamente 300 metros pero los desgraciados estaban perdidos como
turcos en la neblina. El taxista ganó por el viaje 50 veces
más de lo normal dándoles un paseo alrededor de la
ciudad. También les vendió la idea de cambiar de hotel
por uno mejor. ¡Tan
ingenioso y astuto, y, a la vez, tan servicial!


Operadora


Cada turista gasta una enorme cantidad de dinero usando su propia
línea de celular durante las vacaciones. Hablan todo el tiempo
y, en general, sólo para pavonearse con su celular de moda.
Por lo tanto, es importante que derivemos todo este dinero a la
dirección correcta y les vendamos paquetes prepagos locales.
Después, el tema es hacer que el uso del prepago sea lo más
complicado posible. Con nuestros consejos, vas a ver lo fácil
que es ganar la plata en telecomunicaciones.


El servicio celular que usamos en Brasil ya es complicado pero no
basta. Hasta hacer una llamada común y corriente debe exigir
esfuerzos sobrehumanos a los turistas. En su casa, están
acostumbrados a usar sistemas hechos para idiotas y originarios de la
Edad de Piedra. Por ejemplo, en el primer mundo no es necesario ni
añadir el número del operador ni seleccionar ningún
tipo de opciones antes hacer una llamada. Es tan estúpido.


El secreto es que el sistema debe ser casi imposible de usar para
que puedas cobrar por tu ayuda que, por lo tanto, se convierte en una
necesidad. Es imposible que tengas en las paginas web instrucciones
tan claras que hasta los estúpidos que no dominan el idioma
puedan comprender. De hecho, ni siquiera debés redactar estas
instrucciones. Si un imbécil llama a atención al
cliente para pedir ayuda, colgá al haberlo oído hablar
extranjero pero dejá la línea abierta. Atendemos
solamente a los clientes brasileros pero eso no significa que no
queremos la plata de los forasteros.


Acordate de que cada estado debe tener su propio sistema, que no
es compatible con otros. Si el turista compra crédito, por
ejemplo, en Pernambuco, hay que ponerlo a cero en Salvador de Bahía
hasta que lo cargue una vez más. Tenés que forzar al
turista charlatán a ocuparse todo el tiempo de tener
suficiente crédito. Lo hacés más facilmente
desactivando la línea siempre que termine el crédito.
El miserable ni siquiera podrá recibir llamadas o mensajes de
texto antes de conseguir más crédito.


Las llamadas de celulares no son tu única fuente de ingres.
La línea fija necesita también su parte. Aseguralo
bloqueando las llamadas a los números de servicio de
empresas, que son gratis, desde los celulares. Estos números
son sumamente importantes para el turista. Con ellos puede, por
ejemplo, confirmar su vuelo a la línea aérea. Tu meta
es hacerle comprar una tarjeta telefónica o ir a un locutorio
antiguo en lugar de usar su propio celular.


La clave del éxito es, en una palabra, la inmanejabilidad,
y hay que desarollar nuestros servicios todo el tiempo para
asegurarla. Nuestra gema de la corona al respecto es TIM. Han
realizado todos los mejores procedimientos que acabamos de
representar. Y nada puede impedir que el dinero les entre a través
de puertas y ventanas a la velocidad de la luz.



Policía


La policía es el mejor amigo del brasilero.
Protege a nuestros paisanos y empresarios locales de la tiranía
de los turistas. Como policía, no estás libre de tratar
de vez en cuando con los turistas también. Entonces es
importante que el servicio tuyo parezca profesional. Siguiendo
nuestros consejos, nunca vas a ser tomado por sorpresa.


Cuando el turista viene a la comisaría para
presentar una denuncia contra un paisano tuyo, tratalo tan
profesionalmente como puedas. Hacé como que estás
escuchando las tonterías que él balbucea, llená
un montón de formularios y sellalos. Cuando por fin te
deshagas del plomo, contactate con el brasilero objeto de la
denuncia, e invitalo a un interrogatorio. Si el ciudadano no se da
cuenta de que tiene que ofrecerte dinero, podés insinuar con
discreción que una contribución a tu fondo para la
jubilación podría ayudar a enterrar este caso
desagradable. Si recibís la contribución anhelada,
prometele proteger a esta pobre víctima de los turistas más
tarde, cuando se te presente la oportunidad. Si se niega, olvidate
del caso y destruí todos los papeles al respecto. Vos no
querés ser interrogado y detenido, acusado de ser culpable de
corrupción, ¿no?


Si el turista regresa para preguntar por la denuncia,
podés excusarte diciéndole que tenés un montón
de casos abiertos. Estás sobrecargado con tantas denuncias y
el caso fue a parar a manos de tu colega. Si entonces pregunta por tu
colega, decile que acaba de irse de vacaciones. Se espera que regrese
justo para cuando el turista ya está de vuelta en su país.


Otro tema es el dinero. Nunca permitas al turista
cambiar muchos reales (más de 1000 reales o más o
menos 300 euros). No le dejés abrir una cuenta bancaria
tampoco, o usar su propia cuenta desde Brasil. Así lo hacés
gastar toda su divisa extranjera, además de forzarlo a usar su
tarjeta de crédito intentando ahorrar sus escasos reales para
la malaria. Probablemente usará su propia divisa, que es de
mayor valor, en la propina, y eso va a alegrar a los empresarios
locales. No te ocupés de los reales que todavía tiene,
porque va a gastarlos también antes de salir.


El secreto detrás de este truco es que si
dejás al turista usar su propia cuenta o abrir una nueva, va a
sentir que su dinero está seguro y no va a gastarlo. Caso
contrario, va a usar todo tan pronto como pueda porque es mejor
usarlo en uno mismo que perderlo en un robo sin ninguna recompensa.
Si el turista se queja de este procedimiento, podés decirle
que para abrir una cuenta se necesita un código CPF. Y
acordate de añadir que hoy en día hay graves problemas
con el dinero en negro, que él probablemente tiene. Si el bobo
intenta obtener su CPF a pesar de todo, basta que le exijas que
presente todos los documentos necesarios en su forma original. Así
se la hacés cada vez más difícil y lograrás
que el turista desista de su ocurrencia completamente loca.


Si el turista quiere quedarse en nuestro maravilloso
país más de 90 días, tiene que conseguir una
prolongación de su visa. El procedimiento es excelente en su
complejidad, gracias a nuestro planeamiento cuidadoso. Las ventajas
del proceso son enormes: aumenta la capacidad de la policía
federal de emplear más ciudadanos, ofrece oportunidades para
ganar ingresos extra en forma de business privado, y en mayor escala,
acelerará el consumo de los servicios de los sectores público
y privado. ¿Cómo conseguir todos esos beneficios?


Regla de oro: hacer que el turista venga a la
comisaría tantas veces como sea posible. La primera vez, va a
venir, probablemente, en ropa informal. Eso te ofrece una razón
excelente para impedirle entrar. Nosotros respetamos siempre la
etiqueta de vestirse bien y nunca dejemos a la escoria de la sociedad
entrar en el local de la policía federal. La siguiente vez que
aparezca, podés dejarlo entrar para hacer la cola pero no
hacés nada. Decile que es demasiado temprano o demasiado
tarde. Podés también decir que la extensión
puede hacerse solamente en algunas oficinas de la policía
federal pero nunca en la tuya. Si trabajás en el aeropuerto,
decile que la extensión se consigue en el centro de la ciudad
y viceversa.


Cuando el turista se arrastra hasta tu oficina por
cuarta vez, hacelo esperar en la cola por horas. No te apresurés
pero pone cara de ocupado e importante. Tiene que guardar una imagen
positiva del procedimiento. Nuestros funcionarios son conocidos por
su responsabilidad y por la tenacidad con que investiga todos los
casos.


Cuando por fin viene el turno del turista, pedile que
llene un formulario. Si te pide ayuda, mirá para otro lado.
Una vez completado el formulario – en caso de que lo logre –
hacelo ir a otro edificio para conseguir uno nuevo que necesita para
pagar por el procedimiento. Hacé una seña con la mano
descuidadamente hacia la lejanía (ver el capítulo
"Información turística" para más datos
sobre el tema). El objeto es que el turista no encuentre en seguida
el kiosco que vende estos papelitos y que pusiste cerca de la
comisaría. Qué práctico, ¿no?


Si el turista logra encontrar el lugar acertado, no
te dejés llevar por el pánico. Podés decirle que
la conexión a Internet no funciona y no podés tomar una
impresión del formulario necesario. Hacelo esperar, pero en
otro cuarto o afuera. Así no tenés que respirar el
mismo aire que él. Seguramente ha sudado en su pantalón
largo y tiene un olor que mata. Por fin podés acercarte al
turista y anunciar que ya es hora de cerrar. Ofrecele regresar al día
siguiente. Lo hacés viajar a la comisaría una vez más
y usar los colectivos o los taxis. El acto de hacer sudar es también
muy esencial porque gracias a eso tu amigo del restaurante de la
esquina puede vender litros y litros de agua de la canilla a buen
precio. También él va a ganar una fortuna.


Probablemente el turista se ha dado por vencido a
esta altura, y no intenta conseguir la prolongación del
procedimiento debido. ¡Ahora es tu verdadera oportunidad! En el
aeropuerto, este turista criminal debe ser interrogado hasta perder
su vuelo. Promovés el business de las líneas aéreas
también. Después podés ponerle una multa de
cientos de euros por su repugnante delito. Tiene que pagar la multa,
naturalmente, en seguida, y en efectivo a vos. Por último,
estamparás "deportado" en su pasaporte para que todo
el mundo entienda que es un indeseable. Esto garantizará que
el pesado quede afuera de nuestro país. ¡La vida es
bella en Brasil!


Estamos conscientes del procedimiento descripto y
sobresaliente y eficiente, entre otras, en las oficinas siguientes:



  • Banco do
    Brazil, Brasil


  • HSBC, Brasil


  • Citybank, Brasil


  • Policía Federal, Fortaleza


  • Policía Turística,
    Iracema, Fortaleza


  • Policía Federal, aeropuerto
    de Recife


  • Policía Federal, Salvador



Sugerimos que visites estas oficinas para ver con tus
propios ojos de qué se trata. ¡Y no te olvidés de
que justamente tu contribución como policía es vital
para el éxito de nuestro país!



Bar de la playa


El mejor lugar para un bar de la playa se encuentra delante de un
hotel popular. Así servirá como punto de encuentro
excelente. Los paisanos huérfanos pueden juntarse allí
y no tienen que pagar los precios abusivos del bar del lobby de su
hotel por unas jarras de morondanga. Al haber elevado a un turista en
tu bar, vas a tener un montón de otros. Funciona como una
reacción en cadena.


Una forma de atraer a los turistas es pasar música local,
forró, todo lo que da. Pocos pueden resistirse a esta
música de acordéon y triángulo, sobre todo si la
tocás tan fuerte que les zumban los oídos. Cuando has
atraído o forzado a tu turista a sentarse a la mesa, es
importante que no le traigas el menú. No se lo dés por
mucho que lo pida y ruege. Sin menú podés sacar los
precios de la gallera según el aspecto del turista y el
espesor de su billetera. Pero acordate de que ningún precio es
demasiado elevado para él. En su casa pagaría el triple
o aun más por el mismo pedido.


Es importante crear un ambiente amistoso. Llamá todos los
turistas tus ”amigos”, dirigiles sonrisas y toquetealos.
Se sentirán en seguida como en casa, y no se apresurán
en ir a otro bar con sus billeteras. Ofrecéles todo lo que les
gusta, sobre todo Coca-Cola. Mantenela siempre almacenada, en versión
regular y light. Como es caro podés rellenar las botellas
pequeñas y usadas en el líquido de una botella más
grande y barata. Echá un poco de la agua de la canilla, y
mejorarás tu ganancia.


Escuchá los deseos de los turistas atentamente y cumplilos
como puedas. Los hombres viajan generalmente hasta Brasil por nuestra
amplia gama de chicas maravillosas. Juntate con un proxeneta local y
pedile suministrar de fulanas al alcance de la mano de los varones
durante todo el día. Garantizarás una clientela ávida
y diespuesta a pagar. Además, les hacés un favor a las
chicas que pueden comer y beber a cuenta de los borrachos.


Tus peores competidores, los restaurantes, son unos ladrones para
los turistas porque estafan en las cosas más mínimas.
Cobran, por ejemplo, por la música. En comparación, vos
ofrecés la música de tus nuevos CDs piratas sin cargo.
Los vendedores pueden de vez en cuando fastidiar a tus clientes
vendiéndoles unas porquerías. Sin embargo, podés
salvar la situación págandoles unas cuantas monedas si
se largan. Lo mismo es válido con los mendigos, excepto en
caso de que quieras ofrecer a tus clientes un espectáculo
folklórico inolvidable golpeándoles con batutas. Los
turistas van a enloquecer.


Una vez, dos turistas escandinavos, que parecían italianos,
tuvieron flor de diarrea de Coca-Cola. Por eso empezaron a pedir que
las botellas fueran abiertas delante suyo en la mesa, y a pesar de
eso, preferían las bebidas enlatadas. Para ocuparte de casos
semejantes es aconsejable de cocinar bien todos los platos con carne.
De este modo llevan carbón que es un buen medicamento para la
diarrea ayudando inmediatamente. Con nuestros consejos, nada puede
impedir tu éxito.


Prostituta


Como prostituta, sos la manivela de nuestro máquina de
hacer plata. El turista ardiente no puede dejar de pensar en el sexo.
En su país subdesarollado no tiene suficiente. Venden los
condones en paquetes tan grandes que nadie se puede permitir el lujo
de tener sexo. Acá, el paquete más grande tiene
solamente tres condones, y por eso, es casi gratis. Además,
las mujeres del primer mundo son unos bagallos en comparación
con nuestros princesas, tan tentadoras con su luminosa piel caoba y
su culo descomunal. En consecuencia, todos los turistas que vienen
hasta acá son turistas de sexo. Es una oportunidad espléndida
que lleva cada vez más plata a las cajas. Vamos a darte todos
los consejos que necesitás para hacerte la América.


Regla número uno: cobrar el precio de antemano,
independientemente del hecho de si sos prostituta adulta o menor. En
segundo lugar, es importante asegurarte de que el turista, que está
calentándose, te pague bien. Tiene tanto dinero que ni
siquiera podés comprenderlo. Le cobrás fácilmente
un euro (3 reales) por servicio, o aun más. Habiendo recibido
el dinero, llega hora de actuar. Sugerile que querés pasar el
momento en su hotel. Todos los hoteles que han leído este
libro entienden que no deben permitir al turista entrar en su
habitación con vos. No sos un cliente registrado. El turista
va a recorrer a su habitación sintiendo vergüenza y vos
por la calle con los bolsillos llenos de dinero. Sos libre de seducir
el próximo cliente. Plata fácil, ¿no?


Asegurate de que el turista beba demasiado y hacé que beba
aún más. De este modo puede ser que se desmaye antes de
que vos tengas que rendirte a sus manoseos. A la vez, tenés
una oportunidad excelente para ayudarlo a deshacerse de la carga de
sus objetos de valor. La mañana siguiente le decís que
era un verdadero toro en la cama. No te olvidés añadir
que estás agotada por las actividades de anoche. Sino se le
puede antojar otro round a la mañana. Decile que estarás
en condiciones de hacerlo de nuevo por la noche como temprano, es
decir, cuando el periodo factural próximo ya ha empezado.


Acordate de cobrarle una propina exagerada. Están
acostumbrados a pagarla en su país y podés recibir
hasta cien reales o más. Al haber recibido su dinero, podés
colmar su virilidad de alabanzas. Después, decile lo pobre que
sos. Necesitás plata para comprar la comida para el bebé,
porque el papá del chico les ha abandonado.


Luego llega el momento de pedir pasta para el taxi. Contale que
vivís en un pueblito lejano, adonde el taxi cuesta cientos de
reales. El mensaje será mejor recibido si hablás de los
peligros del viaje. Tenés que caminar cientos de kilómetros
en la oscuridad de la noche. No te olvidés de decirle que
viajaste hasta la ciudad sólo para disfrutar de sexo celestial
con él. Eso debería ser suficiente. Lograste ganar más
que un brasilero promedio durante todo un mes, y prácticamente
sin mover un dedo.


La presa preferida de las prostitutas menores son los hombres
viejos, blancos y calvos. Tienen las billeteras más espesas, y
viajan hasta Brasil sólo para jugar con nuestras chicas. En
América del Norte no han caído en la cuenta de esta
demanda que está creciendo cada vez más, y por eso, no
hay servicios necesarios al alcance de la mano. En nuestro país
de alta tecnología comprenden mejor el valor de la
satisfacción de las necesidades y del dinero.


Una vez encontrado tu propio zombie, no te olvides de cobrarle de
antemano. De hecho, eso es todo lo que tenés que hacer. Luego
basta con tomar al abuelo del brazo y llevarlo despacio hacia la
comisaría más cercana. Durante el recorrido mostrale
tus documentos que demuestran que sos menor, y el abuelo, por lo
tanto, un criminal. Probablemente el pervertido decidirá
renunciar a su dinero y sus objetos de valor antes de llegar a la
comisaría. Podés soltarlo, pero acordate de sacar una
foto del pedófilo para un uso posterior. Ahora estás
lista para cazar otra presa.


Trabajar como prostituta mayor es un poco más complicado.
Si el hijo de puta sabe algo de las cosas y ya logró evitar
las tramollas mencionadas, tal vez tengas que rendirte. Sin embargo,
podés reducir el daño al mínimo siguiendo
nuestros consejos. Cuando estás cazando a un cliente y charlás
con él en un bar o en un restaurante, siempre escogi lo mejor
que ofrezcan. Comés, en todo caso, a costillas del tarado. El
champán de la cosecha añeja frances o el caviar ruso
son elecciones excelentes. Podés también invitar a tus
amigos, a tus parientes, a tu esposo y a tus hijos a disfrutar de los
platos exquisitos que él te ofrece. Es gratis para todos
ustedes. Cuando busqués un lugar para el trabajo, te
recordamos que los albergues transitorios son los mejores porque han
sido construidos para vos. Empezá vaciando el minibar. La
comida y las bebidas son caras allí pero el turista se muere
de ganas por vos y no va a oponerse ya quiere tenerte feliz. Siempre
sugerí el telo más caro y fino aunque no te haya
preguntado nada. Así recibirás una experiencia como
regalo. Por fin, ganarás aun más dinero acompañando
al turista al aeropuerto cuando se vuelve a casa. Estáte a su
lado llorando cuando haga el check-in. Va a recompensar este gesto
elegante con una propina generosa.


Para los turistas hembras hay lamentablemente muy poco de
servicios semejantes, y son, como regla general, espontáneos.
Sin embargo, se aplican las mismas reglas.


En Iracema, en esta Meca de prostitutas, se ubica un bar llamado
Bikini, que tiene buen tratos con las prostitutas. Una noche las
chicas que estaban de turno lograron seducir a un turista de sexo
escandinavo para que les compra champán por miles de euros.
Por desgracia, el hijo de puta logró escapar bajando de un
salto del balcón del bar después de haber visto la
cuenta. Siempre asegurate que no se te escape un pez gordo.


Traductor


Pocos turistas hablan Brasilero aunque es el único idioma
mundial. Nuestra misión es enseñarles, y por eso
debemos rehusar servirles en inglés o en español. Es
por su bien. ¿Cómo podrían entender jamás
la cultura y las costumbres de nuestro país si ni siquiera
hablan el idioma?


Lo antedicho no significa que no tendríamos trabajo para
nuestros hábiles traductores. Al contrario, necesitamos
folletos de viaje en inglés, pero únicamente para
propósitos educativos. La función de los folletos es
inspirar a los turistas a aprender el Brasilero. Tu trabajo como
traductor es agradable y fácil porque no es necesario que las
traducciones sean exactas o comprensibles. Usá palabras
existentes en inglés, pero construí las fraces usando
un orden libre. ¿Quién
se preocupa de la gramática o la lógica de un idioma
extraño que nadie habla? Cuán más complejo el
texto, lo más probable es que los turistas empiecen a aprender
Brasilero para sobrevivir, por lo menos de algún modo. Tu
papel como educador y motivador es crucial.


Los brasileros nunca deben condescender a aprender otros idiomas.
Nosotros no tenemos que viajar como los parásitos del primer
mundo porque vivimos en el país más hermoso y popular
del mundo. Por cierto, nos gustan las películas americanas que
ponen frecuentemente en nuestra televisión. Afortunadamente
todos los actores famosos tal como Arnold Scwarzenegger y Jack
Nicholson hablan brasilero nativo. Como sabemos, esas películas
están dobladas en otras partes del mundo. Por eso, los
extranjeros ignorantes aún no saben que Nueva York y Hollywood
están ubicados en Brasil. Gracias a nuestra televisión
somos más educados que los bárbaros del mundo viejo
que, a pesar de eso, se creen ombligos del mundo. Tan cuadrados!



Organizador de eventos


Brasil tiene una gran variedad de actividades que pueden ser
ofrecidas a los turistas. Ni todos los países europeos juntos
serían capaces de ofrecer una gama tan amplia. Hay todo tipo
de espectáculos desde los de la clase alta hasta los de la
calle. Todos tienen en común una cosa: pueden ser cobrados. De
hecho, el turista nunca debe tener una oportunidad de escabullirse
sin pagar. Aun nuestra vida callejera le ofrece tal placer que él
debe recompensarlo de algún modo. Pero eso se requiere un poco
más de talento de modo que comenzamos con los trucos más
fáciles.


Según nuestros investigaciones, la vida religiosa es una
fuente inagotable de ingresos. Una forma fácil de empezar es
cobrar la entrada en las iglesias. Otra, más civilizada, es
organizar ceremonias religiosas. Estas son, por ejemplo, las
ceremonias Candomblé de origen africano que ponen con mucho
éxito en Salvador de Bahía. Los turistas pagan hasta
160 reales por asistir a estas ceremonias que organizan en las
afueras de la ciudad. Los clientes se fijan una coreografía
religiosa que es expresadamente ensayada para ellos. En la vida real,
nadie ejerce estas religiones porque nuestro país es católico.
No creemos en tonterías supersticiosas. Luego, la tercera
forma es inventar tu propia Religión para alegría de
los turistas. Podés también ofrecer indulgencias. ¡Qué
bueno!


Salvador de Bahía es sin duda el lugar dónde ir para
aprender todo lo que te sea necesario. Ganan un montón por
ejemplo con los espectáculos Capoeira. El contenido de un
espectáculo no podría ser más sencillo: los
alumnos de una escuela local de capoeira están calentandose
los músculos en la calle antes del entrenamiento. Los turistas
se cuelgan viendo cómo los chicos se estiran y dan patadas por
todas partes.


Naturalmente, todos nosotros no podemos ser estrellas Capoeira,
pero igual podemos ganar con este arte magnífico. Siempre que
veas un espectáculo callejero Capoeira o algo semejante, y a
un turista mirandolo, es hora de actuar. No malgastés ni un
segundo. Acercate al imbécil y pedile dinero. Cualquier
Brasilero honrado puede ganar así muchos euros y doláres.
Dale la vuelta a tu sombrero y mostralo a los necios que están
parados ahí.


Podés también hacer tu propio espectáculo,
aunque no sabes cómo dar patadas, cantar, tocar o actuar.
Basta con irse a un bar de la playa popular, cantar una estrofa o dos
y cobrar los honorarios. Nada podría ser más fácil.
Al turista le sería muy embarazoso gozar de tu espectáculo
y no pagar nada. Revelaría a los demás que es un
anticuado que no entiende el valor del folklore.


El Carnaval es tu mina de oro. Ningún otro país
puede alardear con un espetáculo tan sobresaliente. El mejor
lugar para cobrar a los retardados es, naturalmente, el Sambódromo
en Rio de Janeiro. El público tiene que pagar un ojo de la
cara para ver una reunión de las escuelas locales de samba.


Transmiten el desfile también por televisión en
todas partes del mundo. Eso atrae miles de nuevos crédulos a
Rio todos los años. Cada Brasilero puede aprovechar esta
oportunidad que crece explosivamente para organizar su propio evento
de Carnaval. Podés, por ejemplo, armar tu propio Carnaval o
vender trozos de papel como boletos de Sambódromo. Sin
embargo, el modo más fácil es esperar a que los
turistas se desmayen por las calles llenos de caipirinha y drogas.
Después podés tomar su dinero y sus objetos de valor y
llevarlos a un lugar seguro. ¡Así
todos podemos fortificar la imagén de nuestro país como
país de turistas!



Examen final


¡Felicitaciones!
Ahora tenés que pasar el examen final contestando a la
pregunta que sigue. Con la respuesta acertada, recibirás tu
título académico.


El turista viene a nuestro bonito país porque



  1. quiere darnos su dinero


  2. quiere ser ofendido


  3. es estúpido





Si contestabas 1 y/o 3, acabas de
graduarte. ¡Felicitaciones!


Si seleccionaste la opción 2,
acabas de tener tu maestría y tenés que estudiar un
poco más para el doctorado.


Si no comprendiste la pregunta o no sabés
leer, no te preocupes. Estamos en la misma.


Palabras claves: Brasil, viajes, turismo, guía, curso, humor, sátira.

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